Así como Rusia entró en Siria y empezó su bombardeo contra los terroristas, desbaratando los planes posesionistas de los EE.UU., estos no se quedarán atrás y equilibrarán la balanza entrando en Venezuela. Es el poder de la lógica que priva en mis videncias. Es la guerra geoestratégica por el mapamundi; si uno toma una ensenada por allá, otro lo hace con un archipiélago por acá, manteniendo el equilibrio del poder en la balanza. Desde los años cincuenta los EE.UU. tienen el plan de bloquear el progreso del Medio Oriente, mantenerlo dividido y tomarlo finalmente por causa de su riqueza petrolera, amén de estratégica. Rusia ha despedazado el sueño. La lógica irresistible de mis visiones refleja que ellos, los estadounidenses, buscarán compensar y nivelar la balanza, es decir, suplir el diferencial en barriles de petróleos perdidos en aquellas tierras calientes con la toma tropical de Venezuela, la madre del petróleo en este planeta. Es cosa dada, "pan comido", como dice a veces nuestra mentora Adriana Asi. Y es historia vieja. Cuando la crisis de los misiles cubanos en los sesenta del siglo pasado, la URSS retiró los navíos que se dirigían a Cuba porque sabía que los EE.UU. retirarían los misiles que apuntaban a la tierra de Lenin desde Turquía, como en efecto ocurrió. La lucha por el mapa del mundo es vieja, congénita casi, y el lío contemporáneo por la toma ahora milimétrica del mundo empezó con las ocupaciones que hicieron los triunfadores de la segunda guerra mundial, dividiéndose todo. La mitad de Alemania para ti, la otra para mi, y así emblemáticamente con el resto (las Corea, después). En cuanto a fechas, y en esto siempre consulto a nuestra musa, la Sra. Asi, por aquello de constituir la parte más peluda de las predicciones, me atrevo a soltar 2016 como día D (así lo veo en las honduras de mi mente). Año de elecciones, según mi monitor de cristal, referendos, convulsiones, pesca en río revuelto, leña del árbol caído. El año 2016, según mi maestra Baba, es el punto marcado en la historia para el inicio de la caída europea y la ascensión musulmana. Hora de crisis y consternaciones. Mar agitado sobre cuya desmesurada superficie la acción contra Venezuela parecerá una ola más, aunque de poderosa repercusión por comportar el petróleo del mundo. Rusia, aliada de Venezuela, no protestará gran cosa porque mordido ya tiene un pedazo de mapa del Medio Oriente, más próximo a sus fronteras. Lo primero será una convulsión interna y luego vendrá la "ayuda" internacional: ONU, OEA, marines, Colombia, Guyana. El telón de fondo luce clarito en mi monitor de cristal: la guerra a muerte entre dos poderes públicos (legislativo y ejecutivo) intentándose disolver recíprocamente y mucha gente al desmán en las calles sirviendo como la carnada para estimular las dentelladas, cual los hechos del puente Llaguno. Seguiremos predicando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario